Se contó con una buena asistencia, que participó activamente con preguntas, con testimonios, lo que determinó una amena y fructífera reunión.
Comenzó señalando que “ tenemos una sociedad con cuatro generaciones en convivencia y una vejez prolongada: los “seniors” de 60 a 75 años; los adultos mayores “ jóvenes” de 75 a 85 años y los adultos mayores “frágiles” de 85 años y más”.
Definió a la vejez como “un fenómeno complejo, en el cual la principal preocupación se deriva de la fragilidad y la vulnerabilidad, que se acrecientan con una mayor edad y que determinan una creciente probabilidad de devenir dependiente.” Afirmó que “el adulto mayor es un sujeto vulnerable sometido a una situación de debilidad”
La Dra. Kemayd enumeró los principales factores de riesgo para las demencias.
Ellos son:
- Edad avanzada.
- Ser mujer.
- Tener antecedentes familiares en primer grado.
- Diabetes.
- Hipertensión.
- Dislipidemia.
- Enfermedad vascular cerebral.
- Depresión.
- Mutación en cromosomas 1,14 y 21.
- Traumatismos craneales.
- Tabaquismo.
- Bajo nivel educativo
- Terapia de reemplazo hormonal
- Deficiencia de vitamina B12 y ácido fólico.
- Baja escolaridad.
Señaló la profesional que existen factores de protección y entre ellos:
- La actividad física: probablemente el ejercicio físico a partir de dos horas semanales puede ser beneficioso.
- Actividad cognitiva: es un factor de difícil medición. Según distintos estudios, las siguientes actividades pueden “modificar” de algún modo el inicio de la enfermedad: hablar varios idiomas; tocar instrumentos musicales; leer; estudiar una carrera; relacionarse con gente/participar en actividades de grupo; practicar con juegos intelectuales (ajedrez, crucigramas).
- Actividad social: socializar, desplazarte a un lugar, conversar con otras personas, escuchar lo que dicen, dar argumentos en un sentido o en otro y así sin darte cuenta mantienes tu mente activa y alerta.
- Proteger nuestras cabezas: parece que existe una relación entre los traumatismos de cráneo, la pérdida de conciencia y el riesgo de padecer la enfermedad de Alzheimer. Protejámosla al hacer ejercicio, deportes y en el trabajo.
- Alimentación rica en omega 3 y vegetales. Potencialmente beneficiosa la DIETA MEDITERRANEA: grasas monoinsaturadas “buenas” (nueces, almendras, pistachos, aceitunas etc). Poliinsaturados omega 3 (atún, salmón, sardinas, vegetales de hoja verde oscura. Buenos nutrientes Vitamina E, Vitamina B12, ácido fólico.
- Control de los factores de riesgo vascular (azúcar, colesterol, hipertensión arterial) "lo que es bueno para el corazón, es bueno para el cerebro”.
- Alcohol moderado.
- Estrógenos.
